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EL CRIMEN PERFECTO

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En la ciudad de Buenos Aires, y con el sello editorial de Alfaguara, acaba de publicarse El crimen perfecto (trece thrillers argentinos), con selección realizada por Álvaro Abós.
Foto de perfil de Fernando Sorrentino
Imágenes integradas 1





Los trece autores son, por orden de paginación, los siguientes: David Viñas, Miguel Briante, María Angélica Bosco, Adolfo Pérez Zelaschi, Roger Pla, Juan-Jacobo Bajarlía, Isaac Aisemberg, Beatriz Guido, Germán Rozenmacher, Sergio Sinay, Álvaro Abós, Christian X. Ferdinandus y Osvaldo Aguirre.

Christian X. Ferdinandus es el seudónimo conjunto que emplean Fernando Sorrentino y Cristian Mitelman cuando escriben policiales en colaboración. Y Fernando Sorrentino vengo a ser yo.

Nuestro cuento en el libro se titula “El centro de la telaraña” y, entre otras apariciones fuera de las fronteras argentinas, fue publicado, con el título de “The Center of the Web”, y en traducción de Donald A. Yates, en la Ellery Queen’s Mystery Magazine, Nueva York, junio de 2008.

Eso es todo.

Un cordial saludo,

FerS

Premio Nobel de Química a un método para observar la vida privada de las moléculas | Ciencia | EL PAÍS

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Premio Nobel de Química a un método para observar la vida privada de las moléculas | Ciencia | EL PAÍS

Premio Nobel de Química a un método para observar la vida privada de las moléculas

Galardonados Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson

Premio Nobel de Quimica 2017

Imágen de la ceremonia de entrega de los Nobel de Química de 2017  REUTERS





La Real Academia Sueca de Ciencias ha otorgado el premio Nobel de Química de 2017 a Jacques Dubochet (Aigle, Suiza, 1942), Joachim Frank (Siegen, Alemania, 1940) y Richard Henderson (Edimburgo, Reino Unido, 1945) por su aportación al desarrollo de tecnologías para generar imágenes tridimensionales de las moléculas de la vida, algo que está sirviendo ya para entender mejor procesos biológicos como las infecciones o nuestros ciclos de sueño. En palabras de la academia, su mérito consiste en "el desarrollo de la criomicroscopía electrónica para la determinación a alta resolución de la estructura de biomoléculas en una solución".
La estructura de las moléculas está directamente relacionada con lo que son capaces de hacer y conocerla y fotografiarla ayuda a entender su función. La criomicroscopía electrónica ha permitido congelar esas biomoléculas en movimiento y hacerles una foto con resolución atómica.
Según explicaba la academia en una nota, esta tecnología ha permitido observar con precisión proteínas que provocan resistencias a quimioterapias contra el cáncer o a los antibióticos que empleamos contra las infecciones, el funcionamiento de los complejos moleculares que regulan el reloj circadiano (que recibió el Nobel de Medicina de este año) o los mecanismos por los que se captura la luz durante la fotosíntesis. En un caso muy práctico mencionado, se recuerda cómo cuando los investigadores empezaron a sospechar que el virus del Zika era la causa de la epidemia de bebés nacidos con daños cerebrales en Brasil, emplearon la criomicroscopía para obtener fotografías del virus. Gracias a las imágenes tridimensionales que obtuvieron, pudieron empezar a buscar fármacos con los que combatir la infección.
En los próximos días la academia sueca comunicará el Nobel de Literatura, el de la Paz y el de Economía. La fecha del anuncio del galardón en Literatura era la única que faltaba de los seis Nobel y la Academia Sueca tiene por tradición esperar a anunciarla unos días antes del fallo, que siempre se produce un jueves. El ganador sucederá en el palmarés del premio a Bob Dylan, una de las elecciones más controvertidas de los últimos tiempos.
Este año, cada premio estará dotado con nueve millones de coronas suecas (unos 940.000 euros, 1.102.000 dólares), que serán compartidos en el caso de que los galardones tengan varios premiados. El proceso de elección es el mismo en todas las categorías: científicos, académicos y profesores universitarios presentan las candidaturas y los distintos comités Nobel establecen varias cribas para elegir al ganador o ganadores, hasta tres por premio.

Los hombres han ganado el 97% de los Nobel de ciencia desde 1901 | Ciencia | EL PAÍS

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Los hombres han ganado el 97% de los Nobel de ciencia desde 1901 | Ciencia | EL PAÍS

PREMIOS NOBEL

Los hombres han ganado el 97% de los Nobel de ciencia desde 1901

Las mujeres, un año más, no han recibido ningún galardón en la edición de 2016



Reunión de premios Nobel en Lindau (Suiza) en 2015, con una condesa en primera fila. 



Ninguna mujer ha sido galardonada este año con un premio Nobel, en ninguna de sus categorías. Los 11 premiados han sido hombres. En el caso de las disciplinas científicas, las cifras son escandalosas. Desde 1901, el 97% de los ganadores de premios Nobel de ciencias han sido hombres. Solo 18 mujeres se han colado en el grupo de 590 nobeles científicos. En este siglo largo, los hombres se han llevado el 99% de los Nobel de Física, el 98% de los de Química y el 94% de los de Medicina.
“Es muy triste”, afirma Capitolina Díaz, profesora de Sociología de la Universidad de Valencia. “Existe una discriminación a las mujeres que es sistémica, universal, que permea toda la estructura social y que ni siquiera se contempla como un problema”, señala. Díaz ha sido presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), una organización que el año pasado denunció que en España las mujeres solo reciben el 7% de los premios científicoscon una dotación económica mayor de 100.000 euros. La cuantía de cada Nobel supera los 800.000 euros.
"Existe una discriminación a las mujeres que es sistémica y que ni siquiera se contempla como un problema", lamenta la socióloga Capitolina Díaz
La socióloga española subraya que la ausencia de mujeres premiadas con el Nobel no se debe a la falta de candidatas. La francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna figuraban en todas las quinielas del Nobel de Medicina por haber desarrollado la técnica de edición genómica CRISPR —a partir del trabajo del microbiólogo español Francis Mojica—, que supondrá una revolución en el tratamiento de las enfermedades. La química estadounidense Carolyn Bertozzi, de la Universidad de Stanford, también sonaba como Nobel de Química por sus herramientas para manipular procesos en el interior de las células. La física danesa Lene Hau, de la Universidad de Harvard, también aparecía como posible ganadora del Nobel de Física, por haber conseguido reducir la velocidad de un rayo de luz hasta los 17 metros por segundo. Y son solo cuatro ejemplos.
Capitolina Díaz acaba de presentar al Ministerio de Economía y Competitividad una propuesta para que en todos las jornadas y conferencias científicas pagadas con dinero público se imponga la paridad en los comités organizadores y en los ponentes. En las disciplinas tradicionalmente más masculinas, la presencia de las mujeres sobre el escenario sería "como mínimo" proporcional al número de mujeres entre el público, según la propuesta de Díaz.
El objetivo es acabar con imágenes como la del jurado de los premios Rey Jaime I de este año, dotados con 100.000 euros en cada categoría y organizados por la Generalitat Valenciana. Los 23 miembros del jurado eran hombres. Y no premiaron a ninguna mujer. La AMIT también ha criticado la ausencia de mujeres en los premios Fronteras de la Fundación BBVA, dotados con 400.000 euros en cada categoría. Desde 2008, han sido galardonados 61 hombres y solamente tres mujeres, según ha denunciado la AMIT. Ninguna mujer ha sido premiada en las tres últimas ediciones.

Nobel de Química para los científicos que retratan las moléculas de la vida / Noticias / SINC

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Nobel de Química para los científicos que retratan las moléculas de la vida / Noticias / SINC

SINC - Servicio de información y noticias científicas

Nobel de Química para los científicos que retratan las moléculas de la vida



    Los científicos Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson son los ganadores del Premio Nobel de Química 2017 por el desarrollo de la criomicroscopía electrónica, que permite visualizar y estudiar biomoléculas en alta resolución. Se trata de un avance trascendental en bioquímica, que ayudará a comprender mejor la química de los seres vivos y desarrollar nuevos f

    SINC |  | 04 octubre 2017 12:14
    <p>Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson, ganadores del Premio Nobel de Química 2017. / NobelPrize</p>
    Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson, ganadores del Premio Nobel de Química 2017. / NobelPrize
    Pronto se podrán obtener imágenes detalladas de las complejas maquinarias de la vida en resolución atómica gracias a los ganadores del Premio Nobel de Química de este año: Jacques Dubochet, de la Universidad de Lausana (Suiza); Joachim Frank, de la Universidad de Columbia (EE UU), y Richard Henderson del MRC Laboratory of Molecular Biology de Cambridge (Reino Unido).
    La Academia Sueca de las Ciencias se lo ha otorgado hoy "por el desarrollo de la criomicroscopía electrónica, que permite determinar en alta resolución las estructuras de biomoléculas en solución". Este método, que simplifica y mejora la obtención de imágenes de moléculas de la vida, ha llevado a la bioquímica a una nueva era.
    Las imágenes son claves para entender los procesos. Los descubrimientos científicos a menudo se basan en la visualización exitosa de objetos invisibles al ojo humano. Sin embargo, hasta ahora los mapas bioquímicos se han llenado de espacio en blanco porque la tecnología disponible ha tenido dificultades para generar imágenes de gran parte de la maquinaria molecular de la vida.
    Ahora los científicos pueden congelar las biomoléculas en pleno movimiento y visualizar procesos que nunca antes habían visto
    Pero ahora la llamada criomicroscopia electrónica lo cambia todo. Los científicos pueden congelar las biomoléculas en pleno movimiento y visualizar procesos que nunca antes habían visto, lo que es decisivo tanto para la comprensión básica de la química de la vida como para el desarrollo de productos farmacéuticos.
    Durante mucho tiempo se creyó que los microscopios de electrones eran adecuados solo para la obtención de imágenes de materia muerta, porque el poderoso haz de electrones destruye el material biológico. Pero en 1990, el escocés Richard Henderson (Edimburgo, 1945) logró por fin utilizar un microscopio electrónico para generar una imagen tridimensional de una proteína a resolución atómica. Este avance demostró el potencial de la técnica.
    Por su parte, el químico alemán Joachim Frank (Siegen, 1940) hizo que esta tecnología fuera aplicable en general. Entre 1975 y 1986 desarrolló un método de procesamiento de imágenes en el que las imágenes bidimensionales difusas del microscopio electrónico se analizan y se fusionan para revelar una estructura tridimensional definida.
    Y la aportación del suizo Jacques Dubochet (Aigle, 1942) fue el uso del agua en la microscopía electrónica. El agua líquida se evapora en el vacío del microscopio electrónico, lo que hace que las biomoléculas se derrumben. Sin embargo, a principios de los años ochenta, Dubochet consiguió vitrificar el agua: enfrió el agua con tanta rapidez que se solidificó en su forma líquida alrededor de una muestra biológica, permitiendo que las biomoléculas conservasen su forma natural incluso en el vacío.
    Después de estos descubrimientos, todas las piezas del microscopio electrónico han sido optimizados. La resolución atómica deseada se alcanzó en 2013, y los investigadores ahora pueden producir de forma rutinaria estructuras tridimensionales de biomoléculas. En los últimos años, la literatura científica se ha llenado de imágenes de todo tipo, desde proteínas que causan resistencia a los antibióticos, hasta la superficie del virus Zika. La bioquímica se enfrenta ahora a un desarrollo explosivo y está preparada para un futuro emocionante.

    EL ARTE DEL MENSAJE SUBLIMINAL || Dalí y Duchamp, diálogo entre gigantes de la provocación | Cultura | EL PAÍS

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    Dalí y Duchamp, diálogo entre gigantes de la provocación | Cultura | EL PAÍS



    Dalí y Duchamp, diálogo entre gigantes de la provocación

    Una exposición en Londres celebra la relación entre ambos artistas y confronta algunas de sus obras icónicas

    'Los primeros días de la primavera', de Salvador Dalí (1929).





    'Los primeros días de la primavera', de Salvador Dalí (1929). 








    Fueron dos gigantes artísticos del siglo XX; sobre el papel personalidades radicalmente diferentes que sin embargo entablaron y mantuvieron hasta el final un diálogo nutrido del común desafío a las convenciones de su tiempo sobre el arte y la vida. La estrecha relación entre Salvador Dalí (1904-89) y Marcel Duchamp (1887-1968) es el punto de partida de una exposición de la londinense Royal Academy que confronta obras icónicas de ambos para explorar los vínculos estéticos, filosóficos y personales entre el desbordante genio de Cadaqués y el padre del arte conceptual.
    Bajo el escueto título Dalí/Duchamp, (o Duchamp/Dalí, en el diseño de su cartel que se puede invertir) la producción de esos dos talentos creativos e irreverentes se despliega en ocho decenas de cuadros y esculturas firmadas por el artista catalán en su apogeo o en los pioneros readymades de Duchamp, obras ejecutadas con productos manufacturados que tuvieron una influencia esencial en el arte contemporáneo; en dibujos, fotografías, filmes y correspondencia que atestiguan la amistad, colaboración y admiración mútua.
    Una postal remitida por Duchamp al joven Dalí (les separaban 17 años) anuncia en 1933 el inicio de una amistad que se consolidó a raíz de la inmediata y primera visita del artista francés al pueblo pesquero de Cadaqués, en el nordeste de Catalunya. Ambos ya se habían tanteado antes en el marco del grupo de los Surrealistas, pero sellaron un contacto permanente tras la decisión del artista francés de alquilar cada verano un apartamento a diez minutos a pie de la casa de Dalí en Portlligat . Fue fiel a la cita desde finales de los 50´hasta su muerte, un periodo de intercambios en el que esa imparable máquina de ideas que fue Duchamp influyó en las deconstrucciones dalinianas de la belleza estética, al tiempo que él mismo se rendía ante las transgresiones y espíritu iconoclasta de su colega catalán.




    'Rueda de bicicleta', de Marcel Duchamp (1964).ampliar foto
    'Rueda de bicicleta', de Marcel Duchamp (1964). OTTAWA, NATIONAL GALLERY DE CANADÁ / © SUCCESSION MARCEL DUCHAMP/ADAGP, PARIS Y DACS, LONDRES 2017




    El carácter egocéntrico y exhibicionista de un Dalí que iría disfrazándose bajo sucesivas máscaras, frente al talante más cerebral y sutil de Duchamp, tuvo uno de sus puntos de encuentro en esa combinación entre el humor y el escepticismo con la que despreciaban cualquier límite y tabú. La primera sala de la muestra, articulada en tres secciones temáticas, explora dos identidades dispares pero con similares trayectorias de juventud a la hora de experimentar a través de diferentes estilos plasmados en una colección de lienzos, entre los que destacan El rey y la reina rodeados de desnudos veloces (Duchamp, 1912) o Los primeros días de la primavera (Dalí, 1929). Con el tiempo también serían cómplices en su cuestionamiento del papel del artista a partir de sus personas públicas. Dalí retoma en 1953 la célebre Mona Lisa a la que Duchamp cambió de género estámpandole bigote y perilla, y lo hace permitiendo que el fotógrafo Philippe Halsman inserte su foto en un retrato de la Gioconda a manos llenas de monedas de oro (una peineta a André Breton que lo expulsó del grupo de surrealistas por su codicia).
    Integra el material gráfico expuesto en la sede del museo de Piccadilly una serie de fotografías en los que los dos protagonistas y la compañera y musa de Dalí, Gala, están de picnic en el Cap de Creus en 1933. La escena despertó las “perversiones nutritivas” de Dalí, el apetito por el sexo y la comida descrito con palabras y bosquejos en un manuscrito prestado por la fundación del artista en Figueres. Los dos amigos compartían una fascinación por el erotismo que impregna las explícitas pinturas, dibujos y esculturas de la sección dedicada al cuerpo -al voyeursimo y el placer carnal como motor de nuevas expresiones artísticas- y al objeto. El teléfono-langosta daliniano, con la connotación erótica de los genitales del crustáceo sobre el auricular, se exhibe en una enorme vitrina acompañado del urinario (La Fuente) que hace justo un siglo Duchamp osó exponer como obra de arte en un museo de Nueva York, cambiando el rumbo del arte.
    El óleo sobre vidrio La novia desnudada por sus solteros (Duchamp) y el Cristo de San Juan de la Cruz, del extraordinario Dalí pintor, son piezas estelares en el último tramo de la exposición consagrado a los trabajos que juegan con la perspectiva y las ambigüedades de la percepción. Fue otra de las obsesiones compartidas por Salvador Dalí y Marcel Duchamp, compadres en la vida, el arte y en sus largas partidas de ajedrez, cuya insospechada relación protagoniza una de las grandes propuestas de la temporada londinse hasta el 3 de enero.

    EL OLVIDO QUE SEREMOS || Héctor Abad Faciolince: “Prefiero el perdón a la justicia” | Cultura | EL PAÍS

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    Héctor Abad Faciolince: “Prefiero el perdón a la justicia” | Cultura | EL PAÍS



    Héctor Abad Faciolince: “Prefiero el perdón a la justicia”

    El escritor presenta la reedición de su gran éxito, ‘El olvido que seremos’: “La memoria es importante pero el exceso de memoria es muy tóxico”

    Héctor Abad Faciolince, el lunes en Madrid.





    Héctor Abad Faciolince, el lunes en Madrid.




    El 25 de agosto de 1987 los paramilitares mataron en Medellín al médico y activista colombiano Héctor Abad Gómez, profesor de salud pública y azote de los políticos que negaban la conexión de pobreza y enfermedad. Tenía 65 años y la trayectoria de un mártir. Su esposa, Cecilia, y su hijo, el hoy escritor Héctor Abad Faciolince, lo encontraron en medio de un charco de sangre a la salida de la sede del Sindicato de Maestros. Ella se apresuró a recuperar la alianza del cadáver; él hurgó en sus bolsillos y encontró un listado de personas amenazadas de muerte y un soneto copiado a mano, que él atribuye a Jorge Luis Borges. De esa vida y ese asesinato surgió en 2006 El olvido que seremos, el libro más celebrado de Abad Faciolince y un hito en la literatura latinoamericana del siglo XXI, que ahora reedita Alfaguara y que ha traído al escritor a la España en la que se refugió tras la tragedia.
    El escritor llega a la cita en un hotel de Madrid, con aire de turista despistado, la víspera de presentar ayer esta biografía novelada en Matadero, donde se proyectó el documental realizado por su hija Daniela a partir de su obra. Rompe el hielo hablando de Cataluña —“El referéndum era ilegal, no había necesidad de hacer alarde de fuerza. Es una torpeza enorme”—, y se sienta a charlar del libro, que solo ha retocado para evitar “repeticiones inútiles” e incluir un par de ideas. El olvido que seremos —que ha vendido 250.000 copias en español y ha sido traducido a una docena de lenguas— es el mismo que el de 2006, la misma historia de amor de un hijo por su padre; la misma hagiografía de un hombre que defendió con vehemencia los derechos humanos, el mismo relato de un activista tachado de marxista por la derecha y de reaccionario por la izquierda que jamás será olvido. Su asesinato se consideró crimen de lesa humanidad.
    Pregunta. ¿Qué ha sentido al volver a leer y pensar el libro?
    Respuesta. En este caso, por suerte, no sentí vergüenza, sentí que la voz del niño y el joven que rememora y que cuenta seguía siendo auténtica, sincera.
    P. ¿Y cree que en la sinceridad está el secreto de su éxito?
    R. La sinceridad y también el intento literario de la sencillez. Es curioso, he estado leyendo cartas que nos envió mi papá a mis hermanas, mi madre y a mí desde Yakarta [Indonesia] y es muy bonito reconfirmar que lo que dije de él está bien reflejado, era esa persona tan amorosa, tierna y benévola que me corregía cada error de ortografía sin hacerme sentir burro.
    P. En el libro reconoce que su padre sentía predilección por usted. ¿Se ha sentido culpable?
    R. Sí, pero tal vez es cuestión de susceptibilidades. Una hermana mía siempre se ha quejado de que a ella la quería menos y estas cartas para ella, por ejemplo eran absolutamente iguales que las cartas para todos.
    P. Escribió que los padres siempre tienen preferencias...
    R. Cuando lo dije hace 10 años lo pensaba. Pero tengo dos hijos y me he dado cuenta de que la medida del amor por los hijos es tan grande que, superada una línea, no tiene sentido decir que un infinito es más grande que otro.
    P. El libro es una hagiografía. ¿Hay algo que le molestara especialmente de su padre?
    Hubo un tiempo en que iba a dejar de escribir; me atormentaba, ya no”
    R. Yo no sé si hubo un momento en el que él quiso ser un mártir. En querer sacrificarse por una causa, por bonita y justa que sea, hay como una punta de vanidad y de egoísmo, que deja huella. Una hermana mía enloqueció tras su asesinato. Tiene que haber gente así pero a lo mejor deberían ser solteros y no tener familia.
    P. En agosto se cumplieron 30 años de aquello. ¿Ha perdonado?
    R. Sí. No soy religioso pero me parece mejor el perdón que la justicia porque da una capacidad de olvido muy grande y, en cambio, el rencor te envenena. Se ve en el problema catalán: “Como Franco nos humilló, nosotros seguiremos siendo siempre los humillados y vamos a implicar a nuestros hijos”. La memoria es importante pero el exceso de memoria es una cosa muy tóxica.
    P. Hace un año escribió que no se siente víctima. ¿Cuándo y cómo deja uno de sentirse víctima?
    R. Cuando lo cuentas. Ponerlo en un papel es muy útil. En el mundo contemporáneo basta la representación de la verdad para tener una especie de justicia simbólica, y la verdad es también la posibilidad del perdón. Y eso es lo que pasa ahora también en el conflicto colombiano. Los paramilitares fueron los que mataron a mi padre y cuando Uribe hizo la paz con ellos pensé: “Si esta gente cuenta la verdad a mí me importa un pepino la justicia, que tengan la oportunidad de morirse de viejos, la oportunidad que no le dieron a mi padre. No es que yo esté feliz, no es que los vaya a besar en un acto de perdón público... Pero hay otras víctimas que dicen que no, que tiene que haber un castigo. No podemos olvidar. Me parece bien representarlo en libros y hay libros que lo representan bien. Libros de Cercas, de Trapiello, de tantos otros. Patria de Aramburu hace justicia.
    P. ¿La literatura hace justicia?
    R. Condensa en una historia injusticias, verdades, ofensas, y produce un sentimiento de indignación. Esa es la mayor justicia, no los barrotes. Cuando se ven imágenes de disturbios en Cataluña, se hace justicia porque produce un rechazo.
    P. Un año después del referéndum del no al acuerdo de Santos con las FARC, ¿cómo ve Colombia?
    R. El año pasado fue muy raro electoralmente, se consumó el Brexit, triunfó el noen Colombia y ganó Trump. Yo no sé, hay gente experta en polarizar, en exacerbar los ánimos, sean humanos o máquinas, porque les conviene que haya divisiones, les conviene incluso que Europa se desbarate. En Colombia también, y ganó el no por ni siquiera un punto porcentual... y el Gobierno hizo lo que tenía que hacer. Cambió algunas de las cosas que decían los del no. Ellos dicen que les hicieron trampa, ya no se sometió a plebiscito, se llevó al Parlamento... Todo lo que ellos decían que las FARC no iban a hacer se ha ido cumpliendo: firmaron, entregaron las armas... Entonces eran una gente despreciable en muchos sentidos pero han cumplido y ahora están entrando en la vía civil, en la política. Va a ser muy difícil, buena parte de la población no los queremos nada.
    Héctor Abad Gómez, con dos de sus hijas en el documental 'Carta a una sombra', de Daniela Abad y Miguel Salazar.ampliar foto
    Héctor Abad Gómez, con dos de sus hijas en el documental 'Carta a una sombra', de Daniela Abad y Miguel Salazar.
    P. ¿Cuál es la clave de la reconciliación?
    R. Bajar los índices de violencia. Y están bajando.
    P. ¿Usted se ha reconciliado con la derecha?
    R. Sí… No estoy de acuerdo con ellos pero que puedan existir me parece bien. Yo antes era un matacuras, superanticlerical; con estos movimientos evangélicos añoro a la Iglesia católica, son mucho más abiertos que los evangélicos.
    P. El anticlericalismo lo heredó de su padre y de su abuelo, excomulgado por entrar a caballo en una iglesia. ¿Cuánto le ha movido?
    R. Ahora me da casi pesar de los curitas. Me parece que viven tan aburridos, que se pierden tantas cosas buenas de la vida. Me parece que debe ser durísimo tanto cilicio, tanta castidad y tanta abstinencia. El anticlericalismo me movió en el pasado, ahora nada, ahora pienso que todos vivimos en una especie de fantasía. Creemos un montón de cosas que son tan mentira como la virginidad de la virgen María. El mundo cada vez me parece más una novela, incluso una novela sin ficción como esta mía, de alguna manera tiene que ser ficción porque es la realidad tal como yo la veo y tal como la recuerdo. Cuando la terminé y no la había publicado mi familia y amigos de mi padre me tuvieron que corregir muchas cosas porque yo las recordaba mal.
    P. Dice que ha sido cobarde, que no ha tomado la bandera de su padre porque se fue. Pero volvió a Colombia y se expone en prensa y radio.
    R. Ahora menos. Estuve más de un año haciendo comentarios radiofónicos y fue devastador. No escribí nada. La política para un escritor es una pérdida de tiempo. Nos hace pensar que eso es lo importante, que la vida se juega ahí, y la vida está en otra parte.
    P. ¿Dónde está la vida?
    R. En el cirujano que opera un corazón y salva a esa persona. Ahí no hay ninguna política. No puede importarle si es españolista o catalanista. Y el trabajo del escritor es como operar un corazón. Tenemos que dar vida a todo tipo de personas, no solamente a los de un bando. Si no, nos volvemos como escritores católicos que solo escribimos de santos.
    P. ¿Y usted qué tipo de escritor se considera?
    R. Uno que lucha por no ser un mal escritor. Escribir mal es fácil. Terminé una novela hace un año y no estoy de acuerdo con ella y no la voy a publicar. Y me la publicarían y me darían un anticipo y quizá vendería 20.000 ejemplares, pero para qué si no es buena. Cuando publico tengo que poder venir y mirarle a la cara.
    P. Su padre decía que el mejor método de educación es la felicidad. ¿Funcionó con usted? ¿Es feliz siendo escritor?
    R. Soy muy feliz habiendo escrito, siendo escritor a veces soy muy infeliz.
    P. Entonces no planea dejar de escribir.
    R. Hubo un tiempo en que iba a dejar de escribir porque me atormentaba mucho, ya no. Ya no, me voy a morir escribiendo. Puede que escribiendo mal, pero dejar de intentarlo, no, jubilarme, no, salvo que pierda mis facultades.
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    Autor: Hector Abad Faciolince.
    Editorial: Alfaguara (2017).
    Formato: tapa blanda (328 páginas). 

    UN PREMIO QUE SE HA DESACTUALIZADO || ¿Y si Aira ganara el Premio Nobel? | Cultura | EL PAÍS

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    ¿Y si Aira ganara el Premio Nobel? | Cultura | EL PAÍS

    ¿Y si Aira ganara el Premio Nobel?

    El autor argentino, el más influyente de su país, figura entre los candidatos de las casas de apuestas

    César Aira (izquierda) y Fogwill, en Barcelona en 1998.

    César Aira (izquierda) y Fogwill, en Barcelona en 1998. 



    Cuando le preguntan a César Aira si ganar el Nobel terminaría con su reputación de escritor de culto contesta que los 900.000 euros serían un buen consuelo. Reconoce, eso sí, un reparo: en cuanto se sabe finalista de algo, empieza a gastar imaginariamente; al final, si no gana, se siente el hombre más pobre del universo. Le pasó, dice, cuando su nombre apareció hace dos años en la lista del Booker Internacional que terminó ganado László Krasznahorkai. Ahora aparece en la de la casa de apuestas Ladbrokes, el juguete favorito de los letraheridos hasta que mañana se anuncie en Estocolmo el escritor –o cantante- que seguirá a Bob Dylan en el palmarés.
    Aira aparece al lado de, entre setenta más, Ngugi Wa Thiong'o, Haruki Murakami, Margaret Atwood, Ko Un y Amos Oz, pero lleva ventaja: el escritor que se gasta imaginariamente la plata de los premios ya ganó imaginariamente el más codiciado de las letras mundiales. En la novela La silla del águila Carlos Fuentes endosó a su colega la famosa medalla para seguir un juego: el argentino había hecho que clonaran al mexicano en El congreso de literatura. El clonado, no obstante, parece él. “En la Argentina hay más airianos que escritores”, decía este lunes Ariana Harwicz en la librería madrileña Tipos Infames durante un coloquio organizado con motivo de Liber, la feria internacional de libro que cada año se celebra alternativamente en Madrid y Barcelona –que cunda el ejemplo- y que hoy arranca con la patria de Borges como país invitado.
    El del autor de Ficciones, que se murió sin Nobel, fue precisamente el nombre más repetido en el debate del lunes. Tanto Harwicz como el resto de los participantes –Marcelo Carnero, Diego Sasturain y Damián Tabarovsky- lo invocaron como el autor más importante del siglo XX en lengua española, lo que pondría en solfa el carácter periférico de la literatura rioplatense. ¿Periféricos o centrales? era la pregunta que lanzó la discusión y todos estuvieron de acuerdo en que se puede ser central y a la vez excéntrico, es decir, sin haber escrito esa obra maestra que todo el mundo asocia a un nombre y que, faltaría más, suele ser una novela como Dios manda. No es el caso de paganos como Aira o Borges. Como saben en Escandinavia, el segundo ni siquiera cultivó el género. Como saben sus múltiples editores, a razón de libro por temporada, el primero no para de cultivarlo. O de manipularlo genéticamente. Si no lo hubieran ganado ya los descubridores del “reloj interno” del cuerpo –todo un campo para novelistas-, le podrían haber dado al doctor Aira el Nobel de Medicina

    LATENCIAS DE CLAVÍCULA || Libros: Clavícula | Opinión | EL PAÍS

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    Libros: Clavícula | Opinión | EL PAÍS

    Clavícula

    Me tomó pocas horas leer el libro, pero todavía siento sus efectos



    La escritora española Marta Sanz en la quinta edición del festival literario "Centro América Cuenta" en Managua.

    La escritora española Marta Sanz en la quinta edición del festival literario "Centro América Cuenta" en Managua. 





    El libro tiene un título punzante: Clavícula. Su autora es Marta Sanz, escritora española con quien me encontré hace meses en Managua junto a su marido. Se preparaban, con entusiasmo de pioneros, a emprender un viaje infinito hacia Madrid donde los esperaba, apenas llegar, el fiestón de una editorial. Esa mujer, dotada con el humor de los inteligentes, escribió uno de los libros más crudos, hermosos, brutales e impíos que haya leído en mucho rato. Comienza así: “La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece”. ¿Qué le pasa a Marta Sanz? Primero, le pasa el cuerpo: un dolor se le instala detrás de la clavícula. Después, todo lo demás: la salud pública, el capitalismo, la indiferencia de los médicos, el trabajo, la culpa, el miedo, la escritura cual alephdiabólico que lo condensa todo. Como una liebre encandilada por el dolor, no sólo físico, Marta Sanz, que es joven, dice en Clavículaque se está haciendo “viejita”, y dan ganas de aplaudirla cuando escribe la palabra más tabú de occidente —menopausia— y dice, acerca de los sofocos que provoca en algunas mujeres, “vivo un nanosegundo de malestar cosmológico y hondísimo (...) Esa tristeza cósmica anuncia la vulgaridad de un sofoco. Me pone en guardia. Es el aura previa al ataque de un epiléptico. A la transformación de un licántropo”. Tierna y feroz, rabiosa, sublevada y esclava, pirómana de la compasión ajena, impúdica, escribe “soy una mujer de éxito llena de tristeza. Temo que se mueran mis padres. Mi marido está en el paro. Trabajo sin cesar (...) Me da pánico no disponer de tiempo suficiente para disfrutar de tanta felicidad y tantos privilegios”. Me tomó pocas horas leer el libro, pero todavía siento sus efectos bajo la forma de una saludable envidia: quiero para mí el enervante afán, la valentía de ir a fondo que sólo tienen los autores bestiales como ella.


    ESPAÑA EN EL CORAZÓN || El libro que los soldados republicanos hicieron en Montserrat con vendajes, banderas y trapos | Cultura | EL PAÍS

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    El libro que los soldados republicanos hicieron en Montserrat con vendajes, banderas y trapos | Cultura | EL PAÍS

    El libro que los soldados republicanos hicieron en Montserrat con vendajes, banderas y trapos

    La Universidad de Valencia muestra una selección de los tesoros de la biblioteca de Juan Negrín



    Carmen Negrín, con el pelo blanco, bajo una fotografía de su abuelo, el presidente de la II República Juan Negrín, en la exposición de la Universidad de Valencia.

    Carmen Negrín, con el pelo blanco, bajo una fotografía de su abuelo, el presidente de la II República Juan Negrín, en la exposición de la Universidad de Valencia. 


    En Noviembre de 1938, en condiciones penosas, un grupo de soldados republicanos imprimió en el Monasterio de Montserrat, en Barcelona, España en el corazón. Himno a las glorias del pueblo en la guerra, el poemario que Pablo Neruda escribió un año antes posicionándose con el bando que perdería la Guerra Civil Española.
    La situación del ejército republicano era desesperada. Para conseguir imprimir una tirada de 500 ejemplares, los soldados, dirigidos por el poeta y editor de la generación del 27 Manuel Altolaguirre, utilizaron el taller que los frailes tenían en el monasterio, una vieja fábrica de papel situada en Orpí, cerca de la línea del frente, y la materia prima que encontraron. Además de algodón y trapos facilitados por el comisariado, para hacer la pasta de papel usaron "ropa y vendajes, trofeos de guerra, una bandera enemiga y la camisa de un prisionero moro", contó Altolaguirre en una carta en 1941.
    Algunos soldados llevaban ejemplares en la mochila cuando meses más tarde cruzaron la frontera francesa, pero la mayor parte de los libros quedó en Cataluña. Hoy solo se conservan cinco, ha afirmado este martes ante uno de ellos Salvador Albiñana, comisario de la exposición La biblioteca errante. Juan Negrín y los libros, abierta hasta el 30 de noviembre en La Nau, el edificio histórico de la Universidad de Valencia.
    El noveno de los 500 libros impresos en Montserrat del Nobel de Literatura es una de las joyas de la exposición, que reúne 120 ejemplares de la inmensa biblioteca que atesoró el último presidente del Gobierno de la II República Española, "un lector y bibliófilo compulsivo", según Albiñana.
    Uno de los raros ejemplares de la obra de Neruda publicada por soldados republicanos en 1938 en el Monasterio de Montserrat, en Barcelona.ampliar foto
    Uno de los raros ejemplares de la obra de Neruda publicada por soldados republicanos en 1938 en el Monasterio de Montserrat, en Barcelona. 
    La exposición muestra las diferentes identidades lectoras del dirigente socialista: la literaria, la científica, la artística y la política. Entre otros libros, puede verse una primera edición de la adaptación que Albert Camus hizo de La devoción de la cruz, de Calderón de la Barca, en un ejemplar dedicado a Negrín. La primera obra de divulgación publicada en España sobre el principio de la relatividad de Einstein, escrita por Blas Cabrera en 1923. Ligeramente desenfocado, la biografía del fotógrafo Robert Capa. Y la traducción que André Malraux hizo al francés de sus célebres 13 puntos, la oferta que hizo el jefe de Gobierno para pactar la paz en España.
    La selección de la biblioteca de Negrín, que leía en francés, inglés y alemán, ha servido a la Universidad de Valencia para inaugurar el nuevo uso de su impresionante sala Duc de Calàbria, que hasta el verano ha albergado su colección de incunables —400 libros impresos entre 1450 y 1500—, un millar de manuscritos de los siglos XIV y XV y otras valiosas ediciones.
    Las obras más antiguas han sido trasladadas a cámaras de seguridad del propio edificio, ha explicado Antonio Ariño, vicerrector de Cultura. Y en la sala Duc de Calàbria, recubierta hasta el techo de estanterías de madera, han quedado solo obras del siglo XIX, cuya conservación es compatible con la luz y la humedad que tiene ahora el espacio.

    Leipzig, Madrid, Nàquera, París

    Como indica el título de la exposición, la biblioteca de Negrín vagó al paso que marcaron algunos de los episodios más terribles del siglo XX. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1892, Negrín se formó como médico en Leipzig, pero su carrera en Alemania se vio interrumpida por la Primera Guerra Mundial. Se instaló en Madrid, donde donó a la Residencia de Estudiantes buena parte de su vasta colección de fisiología. A partir de 1936, la Guerra Civil le hizo trasladarse con su biblioteca primero a la urbanización La Carrasca de Nàquera, en Valencia, y después a Pedralbes, en Barcelona. El exilio lo llevó más tarde a París y a Surrey, al sur de Londres.
    La nieta del expresidente del Gobierno socialista, Carmen Negrín, ha recordado que su abuelo fue hasta el final un fijo de las subastas de libros. Y que en París caminaron juntos muchos kilómetros  visitando los bouquinistes, los puestos de libros usados junto al Sena, donde tras la Segunda Guerra Mundial "podían encontrarse libros extraordinarios".
    Después de su muerte, en 1956, los hijos del expresidente del Gobierno subastaron en Sotheby's 550 lotes de la biblioteca que Negrín tenía en su casa de Inglaterra, donde guardaba los ejemplares más valiosos. Carmen Negrín no puede precisar el número total de obras de su abuelo que conserva todavía en su casa de París —en el sótano tiene cajas por abrir—, pero cree que superan los 10.000.

    SATISFACCIONES || “Editar es fascinante” | Cultura | EL PAÍS

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    “Editar es fascinante” | Cultura | EL PAÍS

    EMILIANO MARTÍNEZ / VICEPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN SANTILLANA

    “Editar es fascinante”

    El Liber rinde homenaje a toda su trayectoria por “su vocación corporativa y gremial”

    Emiliano Martínez, en Madrid.

    Emiliano Martínez, en Madrid. 





    Emiliano Martínez es editor desde joven, pero esa no iba a ser su carrera ni era su vocación. Jesús Polanco, con cuyo equipo contribuyó a fundar Santillana en 1964, le encargó “unos libritos” y mientras los hacía le vino esa iluminación: “Editar es fascinante”. Lo ha sido casi todo en Santillana, hasta consejero delegado de sus dos ramas, la educativa y la literaria, y ahora es vicepresidente de la Fundación Santillana. Por todo eso, Liber le dedica un homenaje. Aquí cuenta la raíz de su oficio.
    Pregunta. ¿Por qué cree que le dan este homenaje?
    Respuesta. Es un reconocimiento a gente muy veterana que normalmente ya ha cerrado las páginas de su diario. También es un guiño de afirmación al oficio. La tarea de un editor es sintetizar la cadena de creación, materialización y difusión del libro. Así nació esta clase de homenajes, en cuya creación participé yo mismo hace muchos años. Y ahora me toca precisamente a mí.
    P. La raíz de su trabajo lo relaciona con América, y esa es la metáfora de Liber. ¿Hace la Administración lo que debe para apoyar ese objetivo del certamen?
    R. Los poderes públicos deben tener sensibilidad por esos valores simbólicos, y una comunidad cultural como esta que nos une por la lengua tiene que ser un territorio a cultivar. Ha habido atención, sí, con los altibajos propios del juego de las Administraciones públicas. Pero es necesario potenciar la evolución de Liber, que tuviera más carga cultural.
    P. Usted representa la idea que propulsó Polanco al frente de Santillana: América fue su objetivo.
    R. Fue esa su voluntad. Al principio yo estuve con él en temas de educación. Un día, hace medio siglo, me mandó a Buenos Aires para ayudar en la versión argentina de unos libritos de educación para adultos en los que yo había intervenido. Me interesó de tal manera aquello que al regreso empecé a considerar que ese era mi oficio. ¡Editar es fascinante! En aquel caso, había que juntar necesidades, argentinas y españolas, y ese juego se resolvió de manera natural. Fue fascinante. Con el paso del tiempo, Polanco me dio una pauta para sacar adelante los sellos de edición general o literaria que fue incorporando a Santillana: Alfaguara, Taurus, Aguilar… Había que hacer un grupo y saltar con esos sellos a América. Esa tarea duró 10 años y cuajó bajo el impulso de su hija Isabel, que convirtió en global ese grupo de editoriales.
    P. El que usted recibe es un premio a esa vocación.
    R. Que alentó Polanco, con su pasión profesional por la edición y la visión americana; Francisco Pérez González, Pancho, otro gran maestro, aportó la visión institucional de los editores españoles. Él fue quien abrió Liber, y lo definió como el lugar de encuentro con los colegas americanos en su paso por Madrid o Barcelona cuando iban a la Feria de Fráncfort.
    P. En este periodo de su trabajo surgió hace 30 años la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara (México). ¿Siente envidia como editor español, impulsor de Liber, de este certamen tan consolidado?
    R. ¡Naturalmente! Desde los inicios de la FIL, nuestro grupo, precisamente por su vocación panhispánica, colaboró mucho con ese certamen cuyo liderazgo es de Raúl Padilla. Él se quejaba de la falta de apoyo que en sus comienzos tuvo de la industria editorial de allí, y nosotros les decíamos a nuestros colegas que aquella iba a ser una plataforma magnífica. Lo ha sido. La FIL es la prolongación natural de la visión de un editor: ganar lectores, crear un ecosistema cultural rico. Para lograr eso hay que juntar complicidades, trabajar con otros, convencer a los poderes públicos de la trascendencia cultural y social de los libros. En épocas de crisis, ese discurso se frena, es como un viento helado que se lleva por delante una cosecha entera o la reduce. Los editores más comprometidos, con más visión, deben aprovechar oportunidades como la que supone la FIL.
    P. ¿Cómo tendría que avanzar Liber para cumplir, al menos en parte, ese trayecto que ya ha hecho la FIL?
    R. Ha de mantener sus señas de identidad y prolongar el trabajo hecho, al margen de que haya que reclamar otras acciones. Por ejemplo, con las actividades de comercio exterior de España, que ya ha hecho posible que aquí vengan bibliotecarios norteamericanos, iniciativa que también ha seguido la FIL. Y habría que hacer aquí algo que allí es una maravilla: que vayan riadas de jóvenes lectores a encontrarse con los autores, y que esos jóvenes lectores puedan comprar libros de esos autores.
    P. En una edición de la Feria de Fráncfort de mediados de los años noventa se declaró la inminente muerte del libro de papel. Y sigue vivo. ¿Qué lo mantiene vivo?
    R. Umberto Eco dijo que, igual que las tijeras o las bicicletas, como objeto el libro salió perfecto desde su invención. Es fácil de manejar y físicamente es cómoda su lectura. El profesor Francisco Rico dice que en pantalla se produce “una lectura a trancos”. En el libro de papel se sigue la lectura que el autor ha trazado. Por todo eso no se ha cumplido la profecía. Y el libro, sobre todo, se ha mantenido como sinónimo de la calidad de la lectura.
    P. Fue consejero delegado de Santillana y juntó educativas y generales. ¿Cómo combinó ambas zonas?
    R. Nací a la edición en contacto con las educativas, ahí era pez en el agua. En la gestión de la edición cultural había que tener muy presente la autonomía de los editores, y que tuvieran presente la obligación de fijarse en América como objetivo de la compañía. Respetar al editor era respetar a los autores que éste eligiera

    LIBROS || Argentina: Un invitado con mucha vitalidad | Cultura | EL PAÍS

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    Argentina: Un invitado con mucha vitalidad | Cultura | EL PAÍS

    LIBER 2017

    Un invitado con mucha vitalidad

    Argentina acude a la feria para mostrar la pujanza de su literatura y de sus editores, grandes y pequeños

    Un encuentro de la 43ª Feria del Libro de Buenos Aires, el pasado mayo.

    Un encuentro de la 43ª Feria del Libro de Buenos Aires, el pasado mayo. 





    Argentina quiere volver a exportar su literatura. Liber es su tercera convocatoria europea en esta década: Argentina fue país invitado en la Feria del Libro de Fráncfort en 2010, en París en 2014 y este año desembarca en Madrid. Sin gigantes literarios como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar y apagado el interés que suscitó la literatura vinculada a la dictadura desde los ochenta, el país sudamericano busca recuperar atractivo gracias al talento de sus nuevos narradores y estrechar lazos a ambos lados del Atlántico en un difícil momento interno por la significativa caída de ventas en librerías y la reducción de las tiradas.
    “Los autores argentinos, latinoamericanos en general, no tienen tanta presencia en España salvo las figuras clásicas. Liber es una buena oportunidad para que se conozca el fondo editorial argentino, que ha perdido presencia”, opina la presidenta de la Cámara Argentina del Libro, Graciela Rosenberg. “La literatura argentina actual tiene muy buena prensa, pero es difícil de instalar en las librerías”, dice el escritor y editor Damián Tabarovsky, uno de los invitados a Liber y al frente de la editorial independiente Mardulce. “En los últimos años, el interés por América Latina se lo llevó la política. Ha ofrecido populismos, se ha escrito mucho sobre ellos, pero la narrativa latinoamericana no es tan importante después de [Roberto] Bolaño”, observa Tabarovsky.
    Autores argentinos residentes en España como Andrés Neuman y Patricio Pron son el mascarón de proa de la comitiva del país invitado de este año, en la que figuran también los escritores Ariana Harwicz, Pablo de Santis, Martha Alles, Hugo Mujica y Néstor Braidot.

    Proyecto cinematográfico

    Ricardo Piglia, fallecido el pasado enero, estará presente a través del documental 327 cuadernos, de Andrés Di Tella, en el que el cineasta narra la revisión de los diarios del autor de Respiración artificial y su transformación en los tres tomos que dejó escritos antes de morir. El rodaje se extendió a lo largo de tres años y estuvo marcado por un hecho imprevisto a mitad de camino, el diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) a Piglia, quien aun así decidió continuar adelante el proyecto.
    “Este año tuvimos, previamente, la experiencia de ser país invitado en Arco. Y la articulación entre la feria como recinto más orientado al mercado y la actividad en instituciones culturales de Madrid fue muy rica. Esperamos que aquí pase lo mismo: buen panorama para las editoriales, rondas de negocios productivas, pero también buenas discusiones, lecturas, encuentros, circulación de ideas y seguir estrechando lazos entre dos escenas que por fortuna están cada vez más cerca”, dice Marcelo Panozzo, ex director editorial de Penguin Random House y actual secretario de Patrimonio del Ministerio de Cultura argentino, sobre las expectativas en Liber.

    PRESENTACIONES

    La Biblioteca Nacional proyectará el 4 de octubre el documental 327 cuadernos, de Andrés Di Tella, y un día después acogerá la presentación de Confesionario, historia de mi vida privada. Entrevista performática, a cargo de la autora y conductora de ciclos literarios Cecilia Szperling y del escritor Patricio Pron.
    Paralelamente, Madrid vive un boom de presentaciones de libros de argentinos. La editorial Mardulce presentará El sentido olvidado. Ensayos sobre el tacto, de Pablo Mau­rette; Interzona acercará al público español La máquina de proyectar sueños, de Szperling, el 4, y el mismo día El Hilo de Ariadna introducirá a Hugo Mujica con su obra Dioniso, eros creador y mística pagana.
    En los cruces editoriales entre Argentina y España, Damián Tabarovsky y Constantino Bértolo compartirán mesa.
    Panozzo cree que las invitaciones internacionales que ha recibido en los últimos años la literatura argentina tienen razones diversas, pero le gusta pensar que “hay una vitalidad en el panorama narrativo argentino de los últimos lustros, con autores editados, valorados y leídos fuera de Argentina, con muchos de ellos que además viven en Europa —pienso en Eduardo Berti, Patricio Pron, Andrés Neuman, Martín Caparrós— y con editoriales que, sobre todo en Alemania y España, han prestado especial atención al panorama y han construido catálogos muy interesantes”.

    Apuesta juvenil

    Según la Cámara Argentina del Libro (CAL), la crisis de la industria editorial de 2016 se profundizó en los primeros seis meses de 2017. La producción de novedades editoriales en el primer semestre del año se mantuvo igual al mismo periodo de 2016, pero disminuyó un 23% la cantidad de ejemplares por tirada y cayeron las ventas entre un 15% y un 25%. La caída generalizada en el sector ha provocado que las editoriales arriesguen menos, vayan a lo seguro e impriman menos ejemplares, explica la presidenta de la CAL y titular de Lugar Editorial, especializada en ciencias sociales. Después de los años de bonanza de la edición infantil, la gran apuesta del momento es la literatura juvenil y la publicación de sagas, agrega Rosenberg.
    Otra característica de la producción local es la creciente polarización entre los grandes grupos editoriales y una multitud de editoriales independientes. El Gobierno cree que el sector ha tocado fondo y ve una ligera mejora que “aparece como mucho mayor en el horizonte”, según Panozzo, pero las editoriales pequeñas son más cautas. “En agosto no caímos, fue el primer mes”, dice Pablo Braun, al frente de la independiente Eterna Cadencia. “La coyuntura actual es muy problemática. Cuanto más pequeñas las editoriales, más sufrimos, y no se ven perspectivas, no se ve un futuro promisorio en el corto plazo”, señala Tabarovsky.
    Para el editor de Mardulce, las editoriales independientes nacidas hace más de una década en Argentina fueron la vanguardia de un movimiento que se generalizó por gran parte de América Latina, pero lamenta la indiferencia con la que han sido vistas por los sucesivos Gobiernos y la ausencia de políticas activas a favor de la impresión y exportación de libros

    OLVIDO || Lo que ellas cuentan | Cultura | EL PAÍS

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    Lo que ellas cuentan | Cultura | EL PAÍS

    LÍBER 2017

    Lo que ellas cuentan

    Crecen, bullen, se afianzan, reivindican y se las reivindica. El ‘olvido’ de las mujeres en la historia de la literatura ha llegado a su fin

    Lo que ellas cuentan

     GETTY









    Puede que aún sean ellos quienes ocupan la memoria colectiva; pregunte a cualquiera por cinco libros o tres nombres: probablemente estarán escritos por hombres o serán nombres masculinos. Y sin embargo, algo está cambiando. Ellas avanzan terreno: quedan pocos tops sin mujeres; a mitad de 2017, siete de los diez libros más vendidos en las principales tiendas online en España eran de mujeres; se reeditan autoras para colocarlas de donde se las sacó sin más argumento que el de no ser hombres. Si esta primavera feminista es pasajera es cuestión aparte; mientras, hacer acopio de sus títulos es deber. Aquí, una breve selección de libros que las editoriales de la Feria Internacional del Libro, Líber2017, tienen en sus catálogos (y en sus fondos) este año.

    A dos voces

    Cubierta de 'Quédate este día y esta noche conmigo'.
    Cubierta de 'Quédate este día y esta noche conmigo'.
    Recorrer y escarbar la realidad es lo que hace Belén Gopegui (Madrid, 1963). Política, tráfico de sangre, hackers… narraciones sobre el fracaso, la corrupción, la precariedad. La vida. En Quédate este día y esta noche conmigo (Literatura Random House, 2017) una solicitud de trabajo enviada a Google por Olga y Mateo, articula un discurso sobre la realidad que ocupa, virtual y físicamente, a varias generaciones.
    Uno más. También dos personajes orquestan Distancia de rescate (Literatura Random House, 2015), la primera novela de la cuentista Samanta Schweblin(Buenos Aires, 1977) sobre la relación con la naturaleza, la maternidad, y a veces, el miedo.

    Oh, el verso

    Cubierta de 'Los habitados'.
    Cubierta de 'Los habitados'.
    Piedad Bonnett nació, en 1951, en la colombiana Amalfi; con ocho años se mudó a Bogotá y en el colegio de monjas se rebeló; se enamoró de Bécquer con 12 y empezó su propia poesía a los 14. En 2016 ganó el Premio Generación del 27 por Los habitados (Visor de Poesía, 2017): la palabra como instrumento de memoria, de forma para el miedo, la pérdida, la desazón y también la lucidez que, a veces, provoca el dolor.
    Uno más. La Poesía reunida (Tusquets Editores, 2017) de la ya nonagenaria Ida Vitale (Montevideo, 1923): “Sólo tendremos lo que hayamos dado. / ¿Y qué con lo ofrecido y no aceptado, / qué con aquello que el desdén reduce / a vana voz, sin más, / ardiente ántrax que crece, / desatendido, adentro?”.

    De la realidad

    Una de las posibles cubiertas de 'Tiempos de swing'.
    Una de las posibles cubiertas de 'Tiempos de swing'.
    Un año ha tardado el quinto título de Zadie SmithTiempos de swing, en estar disponible en castellano; editado por Salamandra, saldrá este próximo noviembre. El libro, finalista del National Book Critics Circle Award y bestseller en la lista de The New York Times, relata la vida de dos amigas que crecen, y sueñan con ser bailarinas, en el barrio de Willesden, al norte de Londres. Una radiografía de la realidad en términos de convivencia, de lugares multirraciales, de errores y aciertos al decidir, de compartir un futuro incierto pero ambicioso, de cómo moldean y cambian las relaciones.
    Uno más. Las hijas de Zalman (Salamandra, 2014) de Anouk Markovits, el retrato de una familia jasídica en plena huida de la represión, no solo fuera, sino dentro de sus propios muros.

    Absorción emocional

    Cubierta de 'La galaxia caníbal'.
    Cubierta de 'La galaxia caníbal'.
    No hay ni un solo lugar común o manido, en la obra de Cynthia Ozick (Nueva York, 1928). Ni en sus ensayos ni en su literatura. La galaxia caníbal (Mardulce, 2017) escrita en 1983, acaba de ser editada en castellano y, de alguna forma, habla sobre qué ocurre cuando cambia el centro de gravedad.
    Uno más. Un amor imposible (Anagrama, 2017), de Christine Angot(Châteauroux, Francia, 1959); la implacable narrativa de una autora que vuelve, como hace de forma cíclica, a los abusos sexuales que sufrió cuando era niña, esta vez, desde la perspectiva de la relación, intensa y engullidora, con su madre.

    De 0 a 99

    Ada Lovelace en 'Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes'.
    Ada Lovelace en 'Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes'.
    Hay libros infantiles que deberían estar destinados, comercialmente, a cualquiera. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes (Destino, 2017) es uno de ellos. 100 relatos escritos por Elena Favilli y Francesca Cavallo, narrados a través de los érase una vez e ilustrados por decenas de artistas; las vidas de un centenar de mujeres que han hecho historia a pesar de que, a veces, la historia se haya empeñado en empañarlas. Jane Goodall, Nina Simone, las hermanas Bronte, Coco Chanel o Marie Curie son algunas del primer volumen. El segundo ya está en camino.
    Uno más. El pez número 14 (Salamandra, 2017), de Jennifer L. Holm, un vistazo a la ciencia y una reflexión sobre dejar de lado la filosofía de creer en lo imposible (y sí hacerlo en lo posible).

    Trazos

    Una de las ilustraciones de 'Archivos estelares'.
    Una de las ilustraciones de 'Archivos estelares'.
    Irreverente, ceniza a veces, negra e irónica. Flavia Álvarez (Oviedo, 1987) es todo lo contrario a lo que todavía campa en el imaginario social: que cuando una mujer habla de cualquier cosa, lo más probable es que sea un pastel. Hace apenas dos semanas se publicó Archivos estelares (Astiberri). Cinismo a lo banana en más de 200 páginas de cartoné que recogen algunas de las cientos de viñetas que acumula y que no, no solo hablan de amor. Y sí, siempre las cuenta una mujer.
    Uno más. El problema de las mujeres (Anagrama), de Jacky Fleming, sobre por qué los nombres femeninos no aparecen en los libros de Historia

    NOIR || El género negro conecta con el mundo | Cultura | EL PAÍS

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    El género negro conecta con el mundo | Cultura | EL PAÍS

    LIBER 2017

    El género negro conecta con el mundo

    Lo ‘noir’ atrae a autores españoles. Crece el interés por la ciencia y la ficción autobiográfica

    El género negro conecta con el mundo



    Cuando se le pregunta a Pilar Reyes por las novedades de este Liber (en Ifema, desde hoy y hasta el día 6), y por cuáles son las grandes tendencias en novela, la directora editorial de Alfaguara se lo piensa unos segundos y pasa con agilidad del presente inmediato “intenso” de la presentación en Ifema de Berta Isla, de Javier Marías, y de Conversación en Princeton, de Mario Vargas Llosa, al corto plazo del lanzamiento de la segunda entrega de Falcó, de Arturo Pérez-Reverte, que verá la luz el 17 de octubre, a la media distancia de las tres novelas inconclusas e inéditas de Bolaños, y al futuro. “Creo que el universo femenino ganará peso, porque la ficción está sustentada sobre todo en lectoras. Y que el género negro seguirá siendo tremendamente popular, porque está muy conectado con lo urbano en un mundo donde las megalópolis cada vez cobran mayor importancia, y porque, desde su óptica, habla de lo que está pasando. A través de una novela negra puedes descubrir lo que ocurre en Italia, en Grecia o en España”, reflexiona.
    ¿Puede darse una saturación en el noir? “Puede, pero estoy convencida también de que, si se publican buenos libros, estos acaban llegando a sus lectores”, responde Anik Lapointe, editora de Salamandra, que es de las que piensan que el género tiene cuerda para rato. Hace tres años salió Salamandra Black y “va viento en popa”, según sus palabras. “Donde está creciendo más en España es en la publicación de autores españoles, un mercado que hasta hace más bien poco era prácticamente inexistente”, observa. “La novela negra, al menos la nórdica, supongo que seguirá en retroceso, y los clásicos y las novelas que revisiten la historia reciente supongo que seguirán gozando de muchos lectores”, matiza Diego Moreno, editor de Nórdica, que apuesta por que “las obras de ficción autobiográfica, como las de Knausgård, seguirán teniendo fuerza y, posiblemente, muchos herederos”. La ficción necesita “ser cada vez más verosímil”, defiende.
    Las redes sociales y la facilidad para publicar están cambiando la manera de escribir poesía, que se vuelve más sencilla
    También los libros ilustrados han experimentado “un enorme despegue” en España en los últimos años. Moreno no sabe si conservarán el fuelle en el futuro, pero sí que tendrán más recorrido aquellas obras que aporten algo más que el texto. “El libro impreso tendrá que ser cada vez más sofisticado”, concluye. Por esta línea, Nórdica anuncia el libro conmemorativo del centenario de la revolución rusa Diez días que sacudieron el mundo, de John Reed, o el álbum para niños de Gloria Fuertes El hada acaramelada. Que convivirán en este Liber con ediciones ilustradas del universo Harry Potter y con un par de pelotazos editoriales de la mano de Salamandra: Toda una vida, del austriaco Robert Seethaler, y El cuento de la criada, de Margaret Atwood. En paralelo a la feria, aunque fuera de ella, Anagrama trae a Arundhati Roy para un encuentro en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía. La escritora india, autora de la mundialmente famosa El dios de las pequeñas cosas, acaba de publicar El ministerio de la felicidad suprema.
    Frente a estas apuestas internacionales, Manuel Borrás, editor de Pre-Textos,hace una encendida defensa de un futuro escrito en español, que “vive una situación óptima y no tiene nada que envidiar a otras literaturas”, según reclama. “Hay jóvenes escritores, hay relevo generacional”, insiste. Mientras que Sandra Ollo, editora y directora de Acantilado, observa una vuelta hacia “una ficción más clásica, más estructurada, con una historia bien conducida”. Contada por autores consolidados de la casa como Gregorio Casamayor o Fulgencio Argüelles, o por voces jóvenes como la de Marta Carnicero.

    Historias personales

    Esta necesidad del ser humano de disfrutar de un buen relato, que “siempre va a ser tendencia”, demanda también “un ensayo más narrativo, amable, fluido”, cree Ollo. Reyes coincide. “Una parte de la no ficción, como el how to do o los textos periodísticos…, ha migrado a Internet, pero sí cobran peso las historias muy personales y creativas que ofrecen información revestida de otra manera”, comenta. “La narrativa es más mestiza, los límites entre los géneros están más desdibujados y esto se hace evidente en el ensayo”, tercia el editor de Pre-Textos, que ha sacado En el silencio, de Wade Davis, un libro de casi 800 páginas —“¿locos o valientes?”, bromea Borrás— a medio camino entre el ensayo, la crónica de viajes y la épica de la aventura. La divulgación científica tiene cada vez más lectores, así como el tratamiento de periodos históricos específicos, documentados con diarios y correspondencia, enumera, por su parte, Miguel Aguilar, director literario de Debate y Taurus. “Lo estamos viendo en el mundo anglosajón y en el alemán, y acabará llegando aquí”, agrega.
    La tecnología ha transformado el mercado del libro de texto. Y también las nuevas metodologías y los enfoques más activos
    “La crisis no ha afectado a la poesía tanto como a la narrativa o la no ficción, porque siempre ha sido un territorio mucho más limitado”. Dicho esto, Chus Visor, editor de Visor de Poesía, ve un futuro incierto. Pero en el buen sentido. Hay una proliferación de poetas jóvenes que están publicando y encontrando eco entre la gente de su generación, apunta. Queda, por un lado, separar el grano de la paja entre los autores, y, por otro, descubrir si esos jóvenes lectores seguirán consumiendo poesía conforme cumplan años. “Estamos en sus manos”, dice Visor sin tremendismos. “Siempre ha habido poetas, la diferencia es que ahora, con Internet, tienen la capacidad de publicar; el hijo de tu portero es poeta, y el que te pone las cañas en el bar”, comenta. “Las redes sociales están cambiando la manera de escribir: es una poesía más sencilla, más fácil, en general, con menos vocabulario”, la describe. También se lee con más prisas. “Han abandonado un poco las formas, las estructuras poéticas más fijas”, percibe Ollo.
    “Es gente muy joven, con una popularidad enorme; en algunos casos su obra se acerca a la canción lírica, lo que está abriendo el género a personas que sienten que le pueden perder el miedo a la poesía. Las redes sociales están rompiendo con eso del verso como terreno restringido, solo apto para los lectores más duros”, resalta Pilar Reyes. “Creo que va a haber relevo generacional, se está sembrando para que así sea”, subraya Visor. “Hay alguna gente muy buena”, añade. Su editorial ha apostado por Elvira Sastre, y por otro nombre que desvelará cuando se cierre el acuerdo. Al Liber va sobre seguro: un tomo bilingüe con la poesía completa de T. S. Eliot, con más de 200 poemas inéditos, y una antología de canciones de Joaquín Sabina.

    Proyectos educativos

    “Antes, en Santillana elaborábamos casi exclusivamente libros de texto; ahora construimos potentes proyectos educativos”. Este antes y después que señala Teresa Grence, directora de contenidos de Santillana España, es la mejor síntesis de cómo se ha transformado el panorama educativo en España, y de por dónde soplan los nuevos vientos. “El cambio más evidente es la llegada de la tecnología a las aulas; también estamos pasando de una educación centrada en la transmisión de contenidos a una por competencias; y todo esto ha llevado a la ampliación de metodologías. Aunque los métodos expositivos siguen vigentes, se está produciendo la entrada paulatina de nuevas metodologías y enfoques más activos, como el aprendizaje por proyectos, o el basado en problemas y retos, las metodologías colaborativas, los enfoques manipulativos o la gamificación”, resume.
    “Internet ha conectado y visibilizado a aquellos docentes que apuestan por metodologías más activas, cada vez más generalizadas, y me parece estupendo. No quiero verlo como un riesgo, siempre hemos defendido que somos una empresa al servicio de los centros, que pueden reclamar un libro de texto, una plataforma digital, un acompañamiento para un proceso de transformación. No vemos el libro como algo cerrado”, enfatiza Rosa Luengo, directora de Edelvives. La editorial tiene un programa para incorporar la robótica al aula. Y su Lectilandia, creada hace 28 años para la enseñanza de la lecto-escritura, ha evolucionado hacia MolaLaLetra, con un importante soporte digital y materiales para la manipulación, enfocado a las inteligencias múltiples y al trabajo cooperativo.
    “Somos un agente educativo, y nos interesa el aprendizaje”, afirma Augusto Ibáñez, director corporativo de Educación de SM. En su caso han apostado por los formatos híbridos. A Ibáñez no le gusta el concepto de libro digital, porque puede interpretarse como una mera traslación del papel a la pizarra digital. Cuando lo que su editorial persigue es “avanzar en tecnologías cada vez más invisibles que den soporte a la interacción de alumnos con profesores y contenidos”, asegura. El contenido es importante, pero la mayor preocupación estriba en “las dinámicas de aprendizaje que se generen en torno a los contenidos”, insiste. Y con ellas experimenta en plataformas como Educamos o iniciativas en centros educativos como Savia.
    El proyecto Set Veintiuno de Santillana va por esa línea de innovación, con recursos y servicios para educar el talento y las habilidades en torno a cuatro áreas: activar, pensar, experimentar y comunicar. Mientras que su Escuela de Autor, en preparación, ofrecerá materiales abiertos y flexibles que permitan “trabajar matemáticas, lengua, ciencias sociales y ciencias de la naturaleza a partir de metodologías no expositivas”, descubre Grence. ¿Y cómo cree que será el libro de texto del futuro?: “Se seguirá produciendo una transformación tecnológica y pedagógica hacia entornos más activos y personalizados. El libro de texto se transformará en una experiencia que parte de cada alumno para ayudarle a ser el protagonista de su propio aprendizaje; una experiencia polivalente, inclusiva, apoyada en la tutorización del profesor, con vocación integradora, que puede ser multidispositivo, online u offline, o con contenidos atomizados, y que antepone la pedagogía a la tecnología”.

    AUTOR DESTACADO

    Javier Marías.
    Javier Marías. SAMUEL SÁNCHEZ
    Reconocer “su aportación a la modernización de la novela en español y la naturaleza cosmopolita de su obra literaria, como así lo demuestran las numerosas traducciones a las principales lenguas del mundo”. Es el argumento de la junta directiva de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) para conceder a Javier Marías el Premio Liber 2017 al autor hispanoamericano más destacado. La producción del escritor y miembro de la Real Academia Española (RAE) se ha publicado en 44 lenguas y en 57 países, con más de ocho millones de ejemplares vendidos. Ha sido premiado varias veces, en distintas partes del mundo, por el conjunto de su obra, que incluye novelas —algunas tan reconocidas como Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí, los tres volúmenes de Tu rostro mañana—, ensayos, artículos y cuentos. A ello se le suma su faceta como traductor, igualmente fructífera. El columnista de EL PAÍS ha sido también profesor en la Universidad de Oxford y en la Complutense de Madrid. Javier Marías, que acaba de estrenar la novela Berta Isla (Alfaguara), recibirá el galardón de Ifema el 5 de octubre en la Real Fábrica de Tapices de Madrid.

    ROLES Y ALTERNATIVAS || El libro mantiene su papel | Cultura | EL PAÍS

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    El libro mantiene su papel | Cultura | EL PAÍS

    LIBER 2017

    El libro mantiene su papel

    Tras la crisis y la disrupción digital, el sector vuelve a crecer y el optimismo es patente



    El libro mantiene su papel



    Pese a que en el sector se tienda a relativizar lo sucedido, la realidad es que el sector del libro ha vivido estos años en España una crisis sin precedentes. Desde el pico de los 3.180 millones de euros de facturación del año 2008, el conjunto del sector cayó a 2.180 millones en 2015 (últimos datos disponibles), una pérdida de negocio del orden del 31%. Y esto que las editoriales han mantenido el pulso y han seguido editando libros. La producción, medida en nuevos títulos, apenas bajó un 5,7% entre 2011 y 2015. Títulos, además, menos rentables que los de hace años ya que también ha venido bajando la tirada.
    Este bajón, lógicamente, no solo afectó a las editoriales, sino que se abatió con crudeza sobre los canales de venta. Por ejemplo, en las librerías, las ventas cayeron desde los 1.028 millones de euros de 2011 a los 788 millones de 2015, un bajonazo del 23% de su negocio en solo cuatro años. También los hipermercados perdieron el 32% de su facturación y los quioscos el 36%. Hasta la venta por Internet (que no agota, por supuesto, todo el mercado del libro digital) se mantuvo estancada estos años en torno a 20,2 millones.
    Como era lógico, estas caídas han provocado un fuerte y negativo impacto sobre el sector. Decenas de empresas cerraron, en un movimiento que podía haber sido aún más traumático de no haber nacido otras nuevas editoriales, muchas de ellas centradas en la edición o venta digital. Al final, según explica Daniel Fernández, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), “la reducción del censo en la federación fue solo del 5%”. Todo ello evitó, de todos modos, una hecatombe en el empleo, que se redujo entre 2011 y 2015 apenas un 6,7%, hasta 12.532 trabajadores.
    La Feria Internacional del Libro, Liber, se celebra en el pabellón 14 de Ifema desde hoy y hasta el día 6
    Cierto que muchas de las empresas que desaparecieron como tales no cerraron sino que acabaron absorbidas por los grupos editoriales de primera línea. Un movimiento de concentración, según señala Fernández, “que venía de atrás, se ha intensificado y estuvo protagonizado básicamente por grupos como Planeta o Random House”. Un proceso tendente a superar el impacto de la crisis y a preparar a estas empresas para las exigencias, inéditas, de la nueva era digital en el libro. Random House, por ejemplo, compró Alfaguara y Ediciones B.

    Modelo de negocio

    No hay que olvidar que el libro electrónico o digital está alterando el modelo de negocio y de funcionamiento operativo de las editoriales. “Se trata de ganar cuota, reducir costes y adaptarse con ventaja al nuevo marco de funcionamiento del sector”. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que, por lo que respecta a la edición pura y dura, las empresas están editando ahora libros a través de dos vías, la de papel y la digital, lo que evidentemente supone más costes. “La mayor parte de los títulos ya se digitaliza”, dice el presidente de la FGEE. En 2015 ya se editaron nada menos que 44.209 títulos en formato digital, más de la mitad del total, y un 12,6% más que en 2013. De momento, existe un stock de 171.000 títulos en este formato.
    Los costes ligados a la digitalización resultan, por ahora, complicados de recuperar debido a que el libro electrónico en España es aún muy minoritario. En parte porque, apunta Fernández, “sigue muy afectado por la piratería, lo que repercute en las cifras de venta”. Pese a que sus ventas han crecido de 80 a 115 millones de euros entre 2013 y 2015, un porcentaje del 44%, esto aún es poco significativo en el conjunto del mercado. Esos 115 millones suponen solo el 5,1% de las ventas totales del sector.
    La aparición del libro electrónico ha alterado asimismo los sistemas de distribución habituales, los utilizados hasta ahora en el papel. Han despuntado nuevos canales de venta, que compiten con las propias editoras, lo que las obliga a abrir un nuevo frente de comercialización, lo que supone también más gastos e inversiones. De todos modos, las editoriales no tienen más remedio que prepararse para este nuevo paradigma ya que la tendencia es a crecer digitalmente frente al papel. “En Estados Unidos, el reparto se ha estabilizado en torno al 30% para el libro digital y el 70% para el papel”, explica Fernández. El recorrido de crecimiento en España, por tanto, es aún muy amplio.
    De momento, pese a la profecía de que las grandes tecnológicas como Amazon o Google iban a sacar a las editoriales convencionales del segmento del libro electrónico, ello no ha ocurrido. De los 115 millones de ventas, 50 millones lo hacen las propias editoriales directamente. Amazon de momento solo vende 24,7 millones pese a que, eso sí, ha doblado su facturación en España en el libro digital entre 2014 y 2015. También Google Play ha crecido de 2,5 a 3,9 millones. Curiosamente, la que más se ha disparado ha sido Casa del Libro, que en esos dos años subió sus ventas de 3,4 millones de euros a 8,4.

    Mercado latinoamericano

    La caída del sector hubiera sido también mayor de no ser por la exportación. Mientras el mercado interior se desplomaba entre 2009 y 2013, las ventas fuera de España subían, si bien con cierta moderación. Entre 2009 y 2014 crecieron de 442 a 541 millones de euros. Latinoamérica es el principal mercado, en lo que respecta a libros, con el 47%, con México como primer destino. La Unión Europea es el segundo mercado, con el 39%, con Portugal como primer destino, a larga distancia de los demás. EE UU, pese a los esfuerzos, solo supone el 3,9% de estas ventas. Parte del éxito del sector editorial español en el frente exterior se debe a su abultada presencia en los mercados de destino. Las editoriales españolas tienen 173 filiales en el exterior, 142 de ellas en Latinoamérica.
    Pese a todos estos problemas e incidencias se empieza a respirar un ambiente de optimismo en el sector editorial y librero. La crisis del ramo parece haber tocado fondo en 2013. A partir de ese año se ha reanudado el crecimiento. “Llevamos tres años remontando”, asegura Fernández. “La mejoría empezó en 2014 y se afirmó en 2015 y 2016”. Aun así, la caída acumulada es del 25%. “Estamos lejos todavía de los niveles de 2010”, reconoce. “Quizá peque de optimismo, pero todo indica que el libro recupera ventas y prestigio y está demostrando una salud bastante envidiable, quizá una mala salud de hierro, pero salud de todos modos”, apunta el presidente de la federación de los editores, que considera, sin ambages, que el libro, sea en formato papel o electrónico, está aquí para quedarse. “Y tiene un futuro espléndido”.

    ENCUENTROS EN LA CITA MÁS CULTA

    La recuperación del sector editorial tendrá su reflejo en la edición de Liber, la Feria Internacional del Libro, que se celebra en el pabellón 14 de Ifema entre hoy y el 6 de octubre. Después de unos años difíciles, de 2009 a 2013, con una caída de exhibidores y espacio, la feria, promovida por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y que se celebra en años alternos en Madrid y Barcelona, reanudó su crecimiento hace unos tres años. Ahora vuelve, pues, a aumentar en empresas exhibidoras, metros cuadrados y, se espera, también en visitantes.
    Según apunta Carlos Urroz, director de la edición de Madrid de Liber, este año habrá “cerca de 420 expositores, frente a los 380 de la pasada edición”. El espacio crecerá un 10%. La edición de este año, lógicamente influida por las tendencias al alza, dedicará especial atención, señalan en Ifema, a “los contenidos digitales, los nuevos editores y la autoedición y la propiedad intelectual”.
    El certamen, el mayor encuentro internacional del libro en español, ha evolucionado hacia un nuevo modelo. “Antes era una feria muy física. Hoy es más un encuentro profesional”, dice Urroz.
    Lo que no significa que no dedique especial atención a los aspectos de negocio. Sigue siendo vital en los proyectos de exportación de los editores españoles. “Nos visitan multitud de compradores, especialmente de Latinoamérica, y Liber es el sitio en el que se concentran los acuerdos”, apunta Daniel Fernández, de la FGEE. Por eso, alrededor de 600 profesionales de 80 países están invitados a la feria. Y también habrá un encuentro con participantes en la Misión de Bibliotecarios de Estados Unidos, además de una reunión con el Grupo Iberoamericano de Editores (GIE).
    Muchos de los cambios en la feria se deben, por supuesto, a la creciente presencia del libro electrónico. Uno de los platos fuertes de Liber es su Zona Digital, un espacio cuyo objetivo es mostrar las nuevas tendencias e innovaciones en el ámbito de la edición. También está la Zona de Autor, para los autores independientes. Durante la feria se celebra el II Foro Internacional del Español 2.0, con conferencias sobre el potencial económico del castellano, además de más de 100 conferencias y jornadas

    LIBER || El fantasma de la vanguardia | Babelia | EL PAÍS

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    ARGENTINA EN LIBER 2017

    El fantasma de la vanguardia

    Menor, polémica y excéntrica. Así es la literatura argentina, invitada a la Feria Internacional del Libro (Liber), que se celebra en Madrid esta semana

    Jorge Luis Borges, fotografiado con una máscara de hombre lobo en 1983.

    Jorge Luis Borges, fotografiado con una máscara de hombre lobo en 1983. 





    Lo que más me interesa de la tradición literaria argentina es su dimensión agonística, su gusto por las tomas de posición, su necesidad de ser programática. En verdad, debería hablar no de tradición argentina, sino de tradiciones: genealogías y reapropiaciones siempre en pugna, en combate, configurando y reconfigurando sin cesar el campo estético y la relación con la política y la historia. Como si fratia y polemos, amistad y discusión, fueran de la mano. No ya solo la discusión entre bandos —que a esta altura no existen—, sino la discusión entre amigos. La amistad como una comunidad imaginaria fundada en la discusión y en la rareza.
    Dije rareza, y por lo tanto es tiempo de citar a Borges. A dos clivajes por él planteados, que todavía mantienen un efecto altamente productivo. El primero, el de El escritor argentino y la tradición, ensayo en contra del nacionalismo, en el que define su posición como perteneciente a la tradición occidental, pero en el margen, lateral, en el límite, en el arrabal, un poco como los irlandeses con relación a la cultura inglesa. Una tradición excéntrica, en el sentido topográfico del término (y en cualquier otro sentido). El segundo aspecto es que el escritor argentino más grande y reconocido del siglo XX jamás escribió una novela. Nunca incursionó en el género mayor. Lo suyo siempre fue lo menor: sus ficciones a veces ni siquiera toman la forma canónica del cuento, sino de la parábola, el fragmento, la cita apócrifa. Menor, polémica y excéntrica, allí hay un yacimiento de conceptos y apuestas que la literatura argentina no debería perder de vista.
    Aunque a veces lo hace. Lo hace en nombre del mainstream, de la búsqueda de una literatura normal, estándar, de mercado. Ocurre cada 10 o 15 años, y siempre fracasa. Obviamente fracasa estéticamente (porque ya nace fracasada), pero también en términos de mercado. El nuestro es un mercado (literario y en general) demasiado pequeño, frágil, deshilachado, y que además, también cada 10 o 15 años, la política económica de algún Gobierno se encarga de intentar destruir del todo (como ahora la del Gobierno de Macri).
    Cada 10 o 15 años, en nombre del ‘mainstream’, buscamos una literatura normal, estándar, de mercado. Obviamente, fracasamos
    ¿Y qué pasó entonces en estos últimos 15 años? La irrupción de la nueva edición argentina. Así como no creo que se pueda hablar de “nueva literatura argentina” —palabras, las tres, casi agotadas—, sí hay que tomar nota de un grupo de editoriales pequeñas que han publicado lo más interesante que se escribió en este tiempo en Argentina (y ailleur, ya que sus catálogos están llenos de traducciones) y que se han convertido ellas mismas en actores culturales muy activos. Son 15 o 20 editoriales pequeñas que concilian dos aspectos habitualmente difíciles de conciliar: alto riesgo estético con alto nivel de profesionalidad. Son editoriales que, en su mayoría, apuestan por pensamientos críticos, por sintaxis impredecibles, por rescates inauditos, por libros extrañísimos, por pensamientos tan solitarios como radicales, pero cuyos libros están bien hechos, salen a tiempo, están bien distribuidos, tienen muy buena prensa y, de vez en cuando, también muchos lectores. Llevan nombres como Beatriz Viterbo, Adriana Hidalgo, La Bestia Equilátera, Entropía, Fiordo, Godot, Eterna Cadencia, Mardulce, Excursiones, entre otras. No solo publican libros de autores noveles, sino que, a esta altura, también a premios Nobel, Goncourt, etcétera. ¿Cómo lo hacen? Moviéndose rápidamente, como una guerra de guerrillas, llegando antes que la billetera de las grandes corporaciones editoriales multinacionales, que por supuesto finalmente llega, mientras ellas, las pequeñas, ya están descubriendo otros autores nuevos, y así sucesivamente. Casi todas esas editoriales también distribuyen sus libros en España. Si la política argentina estuviera al nivel de su literatura y del campo intelectual y editorial, seguramente seríamos mucho mejores.
    Hay también autores argentinos que rondan los 40 años, que vienen escribiendo una obra importante. Pienso en Selva Almada, Hernán Ronsino, Pablo Katchadjian, Ariana Harwicz, Roque Larraquy, Alejandro García Schnetzer o la más reciente Carla Maliandi. Almada logra releer la olvidada tradición del sur norteamericano (que fue central en autores tan diversos como Rulfo, Onetti y Saer) para reinscribirla en la lengua descentrada del litoral argentino. Ronsino retoma las preguntas por la memoria y el habla popular. Katchadjian es tal vez quien más consecuentemente avanza sobre la interrogación acerca de qué es una frase y sobre los efectos radicales de esta pregunta. Harwicz extrema la pulsión sexual y el flujo de conciencia para desarmar los lugares comunes en torno a la mujer y la familia. La literatura de Larraquy puede leerse como una barrera contra el positivismo ambiente. García Schnetzer juega con lo inactual de un modo casi lúdico. Hay que esperar cómo sigue la obra de Maliandi después de su notable La habitación alemana, primera novela que hace de la extrañeza y la lejanía su centro.
    El más grande de todos —Héctor Libertella— murió hace más de 10 años, después de haber escrito durante más de cuatro décadas una literatura que se interroga sobre la vanguardia, y que nos dejó un legado fatal: el fantasma de la vanguardia. Un fantasma es algo que ya murió, pero que de alguna manera está. Un fantasma está ahí, flotando, entrando y saliendo, apareciendo y desapareciendo. El fantasma es la ambigüedad misma. Y por eso conversamos con él en el malentendido: a veces el fantasma nos habla y no lo escuchamos. A veces le hablamos y no nos responde. No obstante, ese diálogo imposible sigue siendo el horizonte imprescindible para la literatura contemporánea.
    Libertella nos dejó también una frase perfecta y verdadera: “Si Argentina es un país periférico en el mundo, su escritor más periférico será entonces centralmente argentino. A mí me ha costado mucho sostener esta paradoja… ¡Cuanto más marginal, más central!”.
    Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967) es novelista, editor de Maldulce y autor del ensayo ‘Literatura de izquierda’.

    NOVELAS || Una niña redime al mundo | Babelia | EL PAÍS

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    Una niña redime al mundo | Babelia | EL PAÍS

    LIBROS

    Una niña redime al mundo

    Stefano Benni es un maravilloso embaucador de la sátira que ha creado una protagonista inolvidable

    Stefano Benni, visto por Sciamarella.

    Stefano Benni, visto por Sciamarella.





    La notable novela de Fabio Bartolomei Somos una familia (Tusquets, 2015) ya nos brindó la ocasión de alabar el talento con el que grandes autores construyen mundos de ficción con la voz y la mentalidad de un niño o un jovencito resabiado e inolvidable. A la variopinta pandilla que forman Holden de Salinger y Julius de Bryce; Bruno, el chico del pijama de rayas; Christopher, el chaval de El curioso incidente del perro a medianoche, o Almerico de Bartolomei se añade ahora la señorita Margarita Dolcevita, la chica de armas tomar que se queja del mundo entre nubes de imaginación y mucha, mucha retranca.
    El satiricón Stefano Benni ha urdido una sátira descomunal que se parece en ocasiones, y no solo por el apellido de la protagonista, al mundo sórdido de Fellini —¡pero contado por una Caperucita Roja crecidita!— y a veces al mundo fantástico de su amigo Italo Calvino, al que Benni hace varios guiños (a Margarita, por ejemplo, “le dio tiempo a escribir 47 comienzos de novela y a desecharlos todos”, como si quisiese remedar Si una noche de invierno un viajero, y es calviniana la lectura crítica de nuestra cínica sociedad de consumo y vanidad, que trae a la memoria a Marcovaldo, y la denuncia de una naturaleza contaminada y una banalidad endémica).
    Margarita Dolcevita avanza por episodios que recuerdan la sitcom y comparte con el realismo mágico muchas de sus virtudes. Benni es un maravilloso embaucador, mueve los hilos de la sátira como el mejor titiritero, y es capaz de servirse de una jovencita para sus propósitos de crítica política y social, de compromiso y activismo, sin que se pierda ni un ápice de la resabiada y divertida candidez de Margarita, que sufre del corazón, pero sufre por el mundo. Es una Juana de Arco italiana y descarada que se inventa neologismos y escribe poemas ripiosos que jamás ganarán unos juegos florales. Es divertida, disfruta describiendo a su perrito Dormilón como un artefacto con “cuerpo cilíndrico de cerdo”, denuncia la degradación del extrarradio, llora por la muerte de un escarabajo sanjuanero y juega a sus anchas a la utopía distópica.
    Una niña redime al mundo
    Escribe en primera persona sobre ella y sobre su familia y otros animales urbanos entre los que se cuentan los miembros de la familia pija Del Bene (nota bene, ni el apellido es por azar en esta novela irónica hasta la saciedad), con Labella, la hija, haciendo step y asegurando que “jamás podría tener un novio sin un coche de gran cilindrada”. Margarita la avispada y Labella la borde pertenecen a universos distintos que chocan para felicidad del lector, que se convierte en un fan de la protagonista, capaz de hablar de filosofía y de pelis de kungfú, admiradora de su profe de literatura cuando explica el pleonasmo, crítica con el capítulo 964 de un serial y convencida además de que “la Tierra es de derechas, el universo de izquierdas”.
    Un cuento de hadas, pero no de hadas madrinas, sino de hadas ­morganas, en el que caricaturescos personajes como Fausto, Sócrates o ­Heráclito contribuyen a la inteligente lectura crítica de nuestro mundo desquiciado. Benni es un superventas y Margarita es única. Bendita narrativa satírica.
    COMPRA ONLINE 'MARGARITA DOLCEVITA'
    Autor: Stefano Benni.
    Editorial: Blackie Books (2017).
    Formato: tapa dura (224 páginas).

    EL TEATRO DEL PUENTE || Un nuevo teatro en la ciudad | Babelia | EL PAÍS

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    Un nuevo teatro en la ciudad | Babelia | EL PAÍS

    ESCENA INTERNACIONAL / LONDRES

    Un nuevo teatro en la ciudad

    Una obra sobre la juventud de Karl Marx inaugura el primer coliseo comercial que se construye en 80 años en Londres

    Recreación por ordenador del nuevo Bridge Theatre.

    Recreación por ordenador del nuevo Bridge Theatre.





    Son nada menos que 900 localidades. El primer gran teatro comercial totalmente nuevo que se construye en Londres en 80 años y el primero que lo hace fuera del West End. El Bridge Theatre, que abre sus puertas esta temporada, rodeado de una gran expectación, es el ambicioso proyecto de dos pesos pesados de la escena británica. Nicholas Hytner y Nick Starr fueron durante 10 años director artístico y ejecutivo, respectivamente, del National Theatre. Llevaron a la compañía nacional inglesa a un éxito comercial, creativo y financiero sin precedentes. Cuando lo dejaron, en 2015, ya advirtieron que seguirían produciendo teatro en el sector comercial, pero que querían crear algo nuevo.
    Su criatura es el Bridge Theatre, se encuentra en la orilla sur del Támesis, junto a la torre de Londres, y llama la atención su foco en la dramaturgia nueva. Una propuesta que será bienvenida como complemento a un West End cada vez más centrado en musicales y espectáculos a lo Broadway. De las ocho producciones anunciadas, todas salvo un Julio César son obras ­nuevas. No faltan buenas salas en Londres que compitan en esa liga, pero ninguna como el Bridge ofrece un auditorio tan amplio. Una saludable invitación a los nuevos dramaturgos a pensar a lo grande.
    Inaugurará la primera temporada del Bridge, el 17 de octubre, una comedia titulada Young Marx, de Richard Bean y Clive Coleman, sobre los años mozos del autor de El capital, que se oculta de las autoridades en el Soho londinense. La dirige el propio Hynter y cuenta en el papel de Karl Marx con Rory Kinnear, actor habitual de su etapa en el National. Hynter se refirió al montaje como “una provocadora, contundente y divertida declaración de intenciones” del nuevo teatro.
    Starr aseguró, durante la presentación del proyecto hace unos meses, que el aumento del público en los teatros londinenses convierte en viable un proyecto como el que Hynter y él acometen. “Londres es una gran ciudad para hacer y ver teatro, como demuestra el 25% de crecimiento en el público en los últimos 15 años”, explicó. “Creemos que hay espacio para un jugador nuevo e independiente en la escena”.
    ‘Young Marx’, de Richard Bean y Clive Coleman. Bridge Theatre. Londres. Del 17 de octubre al 31 de diciembre

    RETRATO || Виртуальная Академия Живописи - Inicio

    REMINISCENCIAS || Виртуальная Академия Живописи - Inicio

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    HOJAS NO ESCRITAS || Виртуальная Академия Живописи - Inicio

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