


el dispensador dice:
no te ates,
no te esclavices,
no permitas que te aten,
tampoco que te esclavicen...
lo que juntas... pesa...
las ataduras... pesan...
la esclavitud... pesa...
porque encadena a la dignidad,
esa misma que se entrega,
suponiendo bienestares,
salvavidas,
ayudas...
que nunca llegan...
todo a lo que te adhieres,
finalmente te desconcierta,
alterando la finalidad que traías,
en tus dones y tus talentos,
para cursar tu propia vida...
una escuela que no da títulos,
sino experiencias que salvan,
y otras que abrigan,
alimentando el espíritu,
recreando la memoria del karma,
agregando valor a la eternidad,
sobre la cual caminas...
la llave que abre todas las puertas...
es la sabiduría... hecha disparate...
aquel del que te reías.
MARZO 03, 2015.-